Filigranas de tunelería fina para el final del año legislativo. La métrica de los resultados sigue siendo provisoria. Los números del 26 de octubre sacuden a las tribus de oficialismo y oposición no solo por las nuevas diferencias entre unos y otros. También porque desatan una ola de borocoteadas y transfuguismo.

La inminencia de la renovación habilitó una multitud de negociaciones que no verán la luz hasta que se hayan parado todos en la cancha con las nuevas casacas. La elección del 26 de octubre es lo más parecido a una elección parlamentaria a la europea. Los triunfos y las derrotas se validarán después del 10 de diciembre.
El oficialismo corre cabeza a cabeza y sueña con arrebatarle la primera minoría al peronismo, que hasta ahora había hecho alarde de una unidad que comienza a quebrarse por la crisis del partido que preside Cristina de Kirchner.
La expresidenta ha perdido el principal atributo del político, que es el futuro. Inhabilitada de por vida no tiene futuro, y es cuestión de tiempo que esa jefatura comience a deteriorar al peronismo, que no puede crecer con la jefa detenida y vuelta a la vida política en el PJ Nacional y, de paso, con el hijo delegado como presidente del PJ en el principal distrito del país.
La debilidad de los caciques partidarios potencia el cuentapropismo, que es una invitación a la negociación de posiciones personales y no grupales. En el oficialismo es más claro, porque el cuentapropismo habilita a que cada candidato imagine qué mandato tiene que cumplir.
¿Quién expresa mejor el mandato de La Libertad Avanza? ¿Los mileístas de la línea fundadora como Marcela Pagano, que se retiró del bloque denunciando que se ha violado el mandato del 2023, o el mandato de transfuguear que se atribuyen los ex Juntos por el Cambio Luis Petri y Patricia Bullrich, o los radicales “peluca”, elegidos para ser oposición que han cruzado el Jordán de la conversión y han cambiado de querencia como de corbata?
Peronismo se rearma
El peronismo salió bien parado de las elecciones del 22 de octubre. No pierde bancas en Diputados, aunque sí en el Senado, por el aumento de La Libertad Avanza. Si se esfuerza puede mantener la primera minoría en Diputados, que peligra porque la misión del oficialismo es ganarla y arrebatársela.
Esta situación puso al peronismo en estado de asamblea permanente. El viernes debutó con la mayor discreción un seleccionado de dirigentes del consejo partidario, que elaborará un programa de iniciativas para afrontar la nueva composición en el Congreso. Albergado por el sindicato de los porteros en la sede porteña de UMET (la universidad de ese sindicato de Víctor Santa María) ese impulso nace de un consejo que no incluye la representación del gobierno de Buenos Aires y de los gobernadores del interior.
Tiene origen en un proceso de lista única que marginó al peronismo de Axel Kicillof, que gobierna sobre el 38% del electorado argentino, que ganó las elecciones legislativas del 27 de septiembre y empató la de Diputados Nacionales cuando el resto del peronismo perdió en la mayoría de las provincias.
El emblema de esta pérdida es que tiene una jefa política inhabilitada de por vida y que ha perdido el control del Senado en 2023, algo que mantenía por lo menos desde 1973. Sin control del Senado, el peronismo perdió el control sobre la justicia. La consecuencia es la prisión de Cristina de Kirchner con condena ratificada en todas las instancias.
Brigada PJ sale al mundo
El grupo, que integran entre otros Felipe Solá, Jorge Taiana y Agustín Rossi, fue protagonista de la peña del martes pasado en la sede de Matheu. Se propone enmendar la disfunción de representar mayoritariamente al cristinismo.
Para modificar el recorte de representación que lo afecta, ese consejo nacional debería abrirse a las tribus que quedaron afuera de la lista única que lo eligió. Sólo con una renuncia masiva de los congresales y la convocatoria se podía integrar un cuerpo con mejor y mayor representación territorial, pero nadie imagina aún nada parecido.
El actual consejo representa al peronismo del AMBA que ha controlado el partido desde el año 2001, en tensión con el peronismo del interior que se ha distanciado de esa autoridad. Representa, además, a un sector del peronismo que ha elegido de adversario al gobernador Kicillof. El jueves los cristinistas le volvieron a negar el voto para el presupuesto y el endeudamiento, como si buscasen que su gestión fracase. ¿Creerán que ellos salvarán de ese fracaso?
Jugarle la interna a Trump
En la sesión del martes en Matheu un largo discurso de Solá entusiasmó a sus congresales presentes – era una mesa de vicepresidentes, secretarios y jefes de bloque – con un proyecto de contraataque del PJ a nivel internacional. Explicó que Estados Unidos es un país con el cual el peronismo tuvo siempre buena relación y que tiene que iniciar una campaña para explicar que no son un partido de izquierda, que no son ni Maduro ni Venezuela.
Según Solá debe integrarse una comitiva chica de dirigentes que tengan experiencia en ese país, que sepan hablar inglés y que se pongan en contacto con sectores críticos del actual gobierno de Donald Trump. Se refirió a sectores del partido demócrata que han acentuado su conservadurismo, pero también su crítica a las medidas de Trump. Esa comitiva debe tomar contacto con estados afectados por la política de aranceles de Trump, teniendo en cuenta que todo el andamiaje en el que se basa la política comercial depende de que la Suprema Corte de Justicia de aquel país lo avale.
La misión tiene que sacar del brete al PJ, al que los adversarios le marcan la estrategia. “Nos pasa como a los partidos de izquierda, que son de respuesta rápida cada vez que los critican los adversarios de la derecha. En esa respuesta se agota su capacidad de debate.”
Nacionalizar el partido
Capitanich se sumó al impulso de construir un frente alternativo al oficialismo que tenga carácter propositivo y que se adelante a los proyectos que anuncia el gobierno. El comando que se formó el viernes en la UMET toma la iniciativa de armar tres agendas: una agenda parlamentaria, una agenda política y al final una agenda electoral.
Algo que hoy está invertido porque la suerte que ha tenido en las elecciones el peronismo es porque falla en la agenda electoral y no tiene respaldo en una agenda política ni legislativa, en la que priman los intereses de los gobernadores aislados en sus distritos y a merced de las operaciones del oficialismo para dividirlos.
Propone levantar el alambrado que impide que nadie entre ni salga de la provincia de Buenos Aires, y reactivar a grupos del peronismo en todas las provincias fomentando un sistema de asambleas para comprometerlos en una agenda nacional del partido.
Primerean con la modernización laboral
El grupo UMET tiene ya proyectos para discutir en la agenda legislativa. Uno de ellos lleva el rótulo de “modernización laboral”. Es una respuesta al proyecto de reforma laboral del gobierno, que se estima el primero que recibirá el Congreso.
Le toman la palabra a Milei de que es una modernización y no una reforma laboral y lleva como primer punto un proyecto de estatuto laboral para los trabajadores en línea y de plataformas.
Asumen también que lo que tratará el Congreso en esta materia es para nuevos empleos, no aprobará medidas retroactivas y no tocará los símbolos sagrados del sindicalismo argentino como la libertad sindical (que no la haya y que los sindicatos sean la vía de negociación gremial), la ultraactividad de los convenios – rigen in aeternum hasta que sean reemplazados por otros – y la negociación por empresa.
En este proyecto han trabajado legisladores del PJ como Mariano Recalde y otros que no son del PJ, aunque integran el frente electoral, como el bancario Sergio Palazzo. Esta iniciativa es la más avanzada en elaboración y contiene hasta un “semáforo” que pone el rojo a lo que el peronismo rechaza, “amarillo” a lo que discutirá y “verde” para aquello en lo que coinciden con el gobierno.
La AGN o la manta corta
Como ejemplo para ilustrar el clima de conspiraciones tuneleras está la sorpresiva aparición de una tribu del peronismo que amenaza con dividirse del bloque de Unión por la Patria, salvo que le den una silla en la Auditoría General de la Nación.
El dedo como método de selección de candidatos impide que los elegidos tengan un mandato expreso de para qué llegan al Congreso. Saben qué representan, pero no a quién representan. Cada cual puede imaginar qué mandato les acomoda mejor a sus intereses.
Los senadores peronistas del bloque Convicción Federal reclaman una de las sillas de las que negocia el peronismo de José Mayans, bajo amenaza de dividir el bloque. Los senadores Guillermo Eduardo Andrada (Catamarca), María Carolina Moisés (Jujuy), Jesús Fernando Rejal (La Rioja) y Fernando Aldo Salino (San Luis) responden a gobernadores distantes hoy del kirchnerismo como Raúl Jalil y Ricardo Quintela.
Desembarcaron en el debate que se libra en el Senado para cubrir las tres sillas vacantes en la AGN. El peronismo pretende dos de ellas, sabiendo que después del 10 de diciembre perderá bancas y podrá reclamar solo una. Los disidentes respaldan ese reclamo si una de esas sillas va para ellos. Si no, que se despidan de la unidad del bloque.
En el esquema que el peronismo quiere llevar al recinto en una sesión de esta semana que se inicia (el 26 de noviembre) le proponen al bloque Federal y al radicalismo que nomine a uno de sus representantes. Dos de ellos, Juan Carlos Romero y Víctor Zimmermann, tienen el aval expreso del gobierno de Milei. Los dos dejan la banca, pero Romero ha dicho que no le interesa el cargo.
Zimmermann sí está interesado pero su postulación choca con la de Luis Naidenoff, que fue propuesto por la UCR. El candidato de los cuatro de Convicción es Ricardo Guerra, ex ministro de Economía de Quintela, que asumió en 2021 una banca en el Senado en reemplazo de Carlos Menem, que había muerto en febrero de ese año.
Esperaron a Santilli con el grito federal
Jalil es uno de los animadores de esta ventana de negociaciones entre el peronismo y el gobierno, a ver quién suelta más. El jueves estuvo en Santiago del Estero con Gerardo Zamora, a quien se le atribuye tener un candidato a la AGN (Carlos Lugones Aignasse).
Zamora juega también a mediar entre el peronismo y Olivos. Ingresa como senador y ensayará el rol que tuvo con otros gobiernos. Es oficialista de todos los oficialismos en resguardo, debe argumentar, de su provincia.
Entre los senadores de Zamora y los de Convicción esta disidencia gana peso en esta última semana de esta legislatura. El envión preocupa al peronismo, pero inquieta al gobierno. Raúl Jalil fue designado el jueves presidente del grupo de mandatarios del Norte Grande (Tucumán, Catamarca, La Rioja, Formosa, Jujuy, Misiones, Santiago del Estero, Corrientes, Chaco y Salta).
En esa cumbre lanzaron la misma agenda de los gobernadores de todo el país, que ya se expresaron en el «Grito Federal» que dio origen a Provincias Unidas y que impugna los términos del proyecto de presupuesto 2026 que dictaminó el gobierno.
En un documento que formaron esas provincias peronistas y radicales, reclaman que en el nuevo presupuesto se incluyan los fondos previsionales a Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones, se les coparticipen los ATN y dineros de la ley de combustibles, se les reduzca al ARCA (ex AFIP) del 1,9% y 1% de la coparticipación y se reparta ese remanente, y que se les pague a Corrientes y Misiones las regalías de Yacyretá.
Con este pliego recibió Zamora a Diego Santilli el viernes. Casi una declaración de hostilidades al nuevo ministro del Interior.
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