El asesinato a quemarropa de un joven de 17 años reavivó el eterno debate por el racismo y la xenofobia de las fuerzas de seguridad de Francia mientras las protestas ganan volumen en todo el país.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, quedó en el ojo de la tormenta y se convirtió en el blanco de todas las críticas en las redes sociales luego de que se difundiera un video en el que se lo puede ver bailando despreocupado en un recital de Elton John mientras París es un hervidero por las protestas contra un caso de gatillo de fácil.
El video fue captado de una de las dos noches del conciertos que dio Elton John en París, entre el 27 y 28 de junio, días en los que ya habían estallado las protestas.
De hecho Macron, abandonó este viernes la cumbre de la UE en Bruselas antes del final de la cita, para encabezar una reunión de crisis sobre los disturbios que agitan al país después del asesinato de un adolescente baleado por la policía.
Macron canceló una conferencia de prensa prevista y dejó la cumbre para volver a París, sin hacer comentarios a la prensa a su salida.
Violencia en alza
Francia debió apelar este viernes al despliegue de blindados y de más policías para contener los violentos disturbios que en las últimas tres noches se extendieron a varias ciudades en respuesta a un nuevo caso de gatillo fácil y pidió para esta noche la suspensión de los servicios de colectivos y tranvía, temeroso de que la oscuridad dé paso otra vez a disturbios en las calles de las principales ciudades.
Después de otra noche con edificios públicos atacados, tiendas saqueadas y vehículos incendiados, el presidente Macron reforzó las medidas de seguridad y apeló directamente a los padres de los menores que participan en las protestas.
Las manifestaciones se cobraron ya la primera muerte: la de un joven de 20 años que falleció tras caer del techo de un edificio en medio de las protestas, en Petit-Quevilly (Sena Marítimo, en Normandía).
«Estas próximas horas serán cruciales», remarcó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, dirigiéndose a las fuerzas del orden y a los bomberos. Francia «se enfrenta a unos disturbios de una violencia inusitada», agregó.
La violencia estalló el martes en los suburbios de París y se extendió por el país tras la muerte de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente durante un control de tránsito en Nanterre, al oeste de la capital.
El balance de los enfrentamientos en la última noche fue elevado. El Gobierno informó de la detención de 875 personas (408 en París y sus suburbios) y de 249 agentes heridos, así como de 492 edificios atacados y de 2.000 vehículos calcinados.
La primera ministra, Élisabeth Borne, dijo que se estudiarían «todas las opciones», entre ellas el estado de emergencia que piden la derecha y la ultraderecha, pero finalmente el Gobierno recurrió a medidas de otro tipo para evitar más disturbios.
Por un lado, reforzó el número de agentes –ayer se movilizaron 40.000- y autorizó el despliegue de blindados de la gendarmería, un cuerpo militar que tiene competencias de seguridad pública, sobre todo en zonas rurales.
El asesinato del joven de 17 años reavivó el recurrente debate sobre la violencia policial en Francia, donde en 2022 trece personas murieron en circunstancias similares a las del Nahel, y sobre las fuerzas del orden, vistas por parte de la población como racista.
La ONU pidió a las autoridades francesas ocuparse seriamente de los «profundos» problemas de «racismo y discriminación racial» en sus fuerzas de seguridad, acusaciones que el Ministerio de Exteriores calificó de «totalmente infundadas».
«Es el momento de que el país aborde seriamente los profundos problemas de racismo y discriminación racial entre las fuerzas de seguridad», evaluó Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante una conferencia de prensa de la ONU en Ginebra.
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