Un inicio prospero para el Millonario en la Copa Libertadores. Pese a que el juego no fue el más vistoso, el equipo de Martín Demichelis se llevó los tres puntos de Venezuela y se sacó un peso de encima. Pudo ganar de visitantes en el certamen internacional. River derrotó a Deportivo Táchira por 2 a 0 con goles de Sebastián Boselli y Nicolás Fonseca, ambos fuera de contexto: uno de rebote y otro un bombazo de larga distancia. Con un gol de ¡de cara! de Boselli y un bombazo lejano de Fonseca, el Millonario se impuso 2-0 en Venezuela por la fecha 1 del Grupo H y puso en marcha su sueño copero.
River pisó fuerte en Venezuela y arrancó con el pie derecho en la Copa Libertadores. Se impuso 2-0 frente a Deportivo Táchira en el Estadio Nuevo Pueblo con un par de goles que llegaron del otro lado del charco. Es que Sebastián Boselli y Nicolás Fonseca sacudieron las redes y fueron claves para sumar los primeros tres puntos en el Grupo H.
Martín Demichelis intentó llevar a cabo propuesta ambiciosa desde el silbatazo inicial, con Pablo Solari muy movedizo por todo el frente de ataque al igual que Facundo Colidio y con Miguel Borja como referencia de área. A los dos minutos, el ex-Colo Colo estuvo cerca de abrir el marcador con un cabezazo que se fue por centímetros arriba del arco aurinegro tras un centro de Ignacio Fernández.
Fue la oportunidad más clara de la etapa inicial, ya que el colombiano estaba en soledad y a centímetros de la línea de meta, pero no fue la última. Previo a marcharse a los vestuarios, cuando el Millonario luchaba más de lo que jugaba, Colidio metió un frentazo que se durmió en los guantes del N°1 local.
El complemento fue más de lo mismo, con River sin ideas ni profundidad para terminar las jugadas. Hasta que Micho llamó a Claudio Echeverri desde el banco de suplentes y lo mandó a la cancha. A pura gambeta y rebeldía, el Diablito le cambió la cara al equipo y el gol terminó llegando por decantación.
Fue el 2-0 definitivo, aunque la historia pudo haber terminado en la paliza si Santiago Simón, recientemente ingresado, no abría tanto su derechazo a la carrera. Echeverri también tuvo la suya, pero se fue por las nubes. De todos modos, el pichón de crack chaqueño fue gran artífice del triunfo de River como visitante, condición en la que no ganaba hacía casi dos años.
Antes del cuarto de hora, el Colibrí tuvo un par de chances claras que no pudo capitalizar en la red: una mediavuelta rasante que se fue pidiendo permiso por el poste izquierdo defendido por Alejandro Araque y un frentazo en el área chica y sin oposición que no fue gol de milagro.
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