Una vez que los efectivos lograron aproximarse al resto de la patrulla, todos ellos se cubrieron detrás de los árboles, intentando resguardarse de la agresión del grupo de personas que continuaba atacando con todo tipo de armas.Inmediatamente se escucharon gritos por parte del grupo de encapuchados, que decían «los vamos a matar, son pocos, son cuatro» y, acto seguido, los efectivos escucharon fuertes estampidos en dirección a su posición y observaron a dos o más personas portando armas de fuego que, por el sonido y el efecto de las efracciones, daban cuenta de ser de grueso calibre. Además, se dieron cuenta del calibre de las balas porque arrancaron ramas gruesas de cuajo.
A continuación, el grupo de personas comenzó a avanzar utilizando movimientos tácticos militares y adoptando una formación de emboscada envolvente sobre los cuatro efectivos, lo que demostraba la preparación militarizada del grupo, que sumada a las máscaras de gas, daban la impresión de un grupo preparado para un evento violento.
Uno de los efectivos, al ver que la patrulla se encontraba superada en número, intentó comunicarse con la base para informar sobre la situación, comunicando que se encontraban superados en número y solicitando apoyo y autorización para hacer uso de sus armas de fuego para salir del rodeo.
Allí, siguiendo con el uso progresivo de armas y al no recibir respuesta de la base, producto de la mala señal de la zona, usaron una granada de aturdimiento flash bang. Frente a la situación y frente a los disparos de armas de fuego por parte del grupo violento, inmediatamente comenzaron a replegarse hacia abajo, cubriéndose con disparos de fuego intimidatorios siempre en dirección hacia los árboles y no en dirección hacia los atacantes, ya que no se podía visualizar más a aquellos hombres que se encontraban disparando con armas de fuego.
Mientras la patrulla descendía, recibió el apoyo de otro efectivo que se encontraba ascendiendo luego de oír el pedido de ayuda. Finalmente, el personal se reorganizó e inició el descenso. En el camino se encontraron con el escalón de recibimiento constituido por dos efectivos y se continuó con el descenso utilizando movimientos tácticos de cobertura sin necesidad de efectuar más disparos. En la zona de las barricadas se encontraba otro efectivos más y finalmente se descendió hasta la Ruta 40, en donde la patrulla se reagrupó con el Grupo de Control de Disturbios, finalizando el operativo.
Posteriormente, se tomó conocimiento sobre la existencia de personas heridas, una de ellas de gravedad. A las 18.00 horas aproximadamente, desde la ladera de la montaña y en la zona próxima al puesto de la Prefectura Naval, descendieron dos personas con una tercera que estaba herida.
En ese momento se procedió a la detención de los mismos, identificados como Fausto Jones Huala y Alejandro González, constatándose luego que la persona herida había fallecido. Según fuentes de la comunidad en la montaña se encontraban heridas otras dos personas, quienes se resistían a ser atendidos en el hospital. Una de ellas sería una mujer perteneciente al Ejército Argentino y capacitada en alta montaña, información que hoy confirmó el Ejército Argentino.
En la zona ya se encontraban presentes la fiscal federal Silvia Little y el secretario Marcos Labay junto con el jefe de Prefectura Bariloche, Leandro Ruata. Por decisión judicial la Prefectura fue retirada del lugar, quedando la zona a resguardo de la Policía Federal y las actuaciones judiciales en manos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. También estaba presente en el lugar personal de la Policía de la provincia de Río Negro. El armamento utilizado por la Prefectura durante el operativo fue secuestrado por orden de las autoridades judiciales.
El Ministerio de Seguridad, a través de la Prefectura Naval, bajo las órdenes operativas de la Secretaría de Seguridad de la Nación, lamenta lo sucedido pero considera que, en esta oportunidad, no se trató de un grupo de protesta o de reivindicación sino de una metodología de violencia armada, inadmisible con la democracia y el Estado de Derecho, y deposita la confianza en la investigación judicial para demostrar que actuó bajo todas las medidas operativas y protocolos que se utilizan en un enfrentamiento armado.