Durante su cautiverio, Ina compartía recinto con su hermana Anca. Sólo salían de su jaula para dar un paseo una vez por semana.
Su historia se conoció a través de las redes sociales esta semana de la mano del Santuario Libearty, que publicó un video en el que se puede ver a la osa «atrapada» en una jaula imaginaria en la que todavía sigue dando vueltas.
«Esta es la imagen del trauma que a veces nunca se cura y nunca se olvida«, dijeron los representantes de la Asociación Millones de Amigos. Fue esta entidad ambientalista la que después de varios años de denunciar la situación de Ina, y con el apoyo de la Guardia Nacional Ambiental de Rumania, logró el traslado de la osa al santuario.
Además del vídeo, el santuario de osos compartió la siguiente reflexión con el objetivo de concienciar a la población de este tipo de situaciones: «Cuando vayas de visita a un zoológico con jaulas pequeñas o a un circo donde haya osos recuerda esto.»
Actualmente, Ina cuenta con una parcela con árboles, su propia piscina y guarida para resguardarse. Los especialistas explican que necesitará algún tiempo y también ayuda para aprender a vivir fuera de esa jaula imaginaria. Tal vez nunca logre superar el trauma.
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